Página Web sí, redes sociales... no tanto.

Desde que las redes sociales irrumpieron en nuestras vidas se han hecho imprescindibles para nosotros. Demasiado diría yo. Quizás se le ha dado la importancia que no debería, especialmente porque no tenemos el control sobre ellas. Internet está lleno de cuentas de correo y redes sociales cuyos “dueños” han perdido la esperanza de recuperar el acceso, a pesar de que la Unión Europea es muy exigente con la Ley de protección de Datos. Yo misma tengo varias cuentas de redes y de correo a las que no puedo acceder y que seguirán ahí, contando como un usuario más para los dueños de las plataformas que únicamente les preocupa tener más usuarios que la competencia, aunque no puedan iniciar sesión. Por no hablar del alto nivel de toxicidad que tienen y toda la desinformación que reparten. 

Antes de las redes sociales, en internet nos iba mejor con las webs en las que podías acceder a toda la información que necesitabas de la propia institución o empresa, leer noticias relacionadas con esa página (periódico o revista, institución, etc) y luego si tú querías echabas un vistazo a los comentarios y participabas. Las redes sociales van al revés. Entras directamente en “los comentarios” de algo que se ha publicado y que normalmente no sabes (al menos al principio) qué, ni cómo, ni dónde. Sin embargo, para el ser humano es más útil responderse él mismo esas preguntas con la lectura completa de la publicación (y buscar información si necesita ampliarla) que leer los comentarios primero y luego la noticia porque, aunque no te des cuenta, ya tienes un sesgo sobre ésta, y con ello una opinión que, probablemente, no se ajustará a la realidad, e irás desarrollando el hábito de seguir a la multitud porque no serás capaz de pensar por ti mismo.

En una web (de las de pago con hosting o nube, no la de blogspot y otras) tu puedes controlar lo que lees (y sólo los tópicos que te interesan) y si es tuya, lo que publicas. La pérdida del acceso es más difícil (aunque no imposible) porque puedes recuperarlo hablando con tu proveedor de hosting, lo que hace que puedas mantenerla, darla de baja cuando quieras o modificar lo que necesites. Además, la información es más fiable (aunque existe la posibilidad de que te dupliquen la web para estafas, o te hagan un ataque de denegación del servicio) y no son opiniones; el texto no es tan breve como en las publicaciones de redes sociales, así evitas algunas confusiones; promueves la lectura (leer una publicación de una red social no favorece esta habilidad, sino todo lo contrario).

Por eso, cuando me tengo que informar de algo prefiero ir a la web oficial (o documentos físicos si no estuvieran en la red) y leer completamente la publicación antes de que los usuarios de Twitter (ahora X), Instagram y demás plataformas decidan por mí que debo de saber y qué debo opinar con respecto a eso.

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