(Personal) Logopedia: abandono la profesión
Después de meditarlo durante unos días, he decidido cesar en mis intentos de trabajar como logopeda —incluido los planes que tenía para investigación y docencia— porque es inútil insistir entrar en una profesión que me ha cancelado —o quizás me han cancelado a mí como persona— y siempre se las ingenia para que no encaje en ninguna vacante o en una entrevista.
A lo largo de todo este tiempo he podido ver la situación real de la profesión desde fuera: ofertas escasas o poco estables —interinidad— o con pocas horas y una promesa de subida de las mismas que, desde el principio, se pronostica que tardará en llegar o no llegará nunca, requisitos que no cumples y que cuando intentas cumplirlos los cambian, condiciones que cambian desde la oferta a la entrevista —contrato indefinido en la oferta pero en la entrevista es una interinidad de larga duración, para, finalmente, un par de meses—, etc.
Me estuve informando para hacerme autónoma, pero ¿si las ofertas se basan principalmente en cubrir bajas o son de pocas horas, quiere decir que esta profesión no es necesaria? Desde mi punto de vista es posible, pero si la solución para tener ingresos es trabajar por cuenta propia con la poca necesidad aparente que hay de profesionales y sumado al hecho de estar cancelada, creo que es evidente que no me iba a ir bien... Para hacerte autónoma creo que es importante que primero hayas trabajado por cuenta ajena, lo más reciente posible y cuanto más tiempo mejor. Eso te puede ayudar a conocer los entresijos de la profesión, como está el mercado actualmente, crear contactos y cartera de clientes, etc. Así que en mi caso, que llevo tiempo sin trabajar en logopedia—y demás circunstancias que no voy a detallar— no es aconsejable que me haga autónoma, sea la profesión que sea —para la gente que dice que es cosa de mis miedos, sólo quiero recordarles que yo me baso en mis experiencias, no en las suyas—. ¿Hubiera sido más fácil si las ofertas se dieran en el sector público? No lo creo —y sé que no hace falta que lo explique.
He
intentado rescatar este barco que ha pasado más tiempo en diferentes puertos
para reparar cada desastrosa travesía en la que amenazaba con hundirse y que,
finalmente, ha acabado quemado, dejándome el tiempo perdido como único resultado. Así que dejo de insistir porque el estado en el que está, o
más bien estamos, es imposible salir a flote. Por si alguien lo cree, la “titulitis” o una oposición no
es la solución —no tengo ningún pensamiento de
estudiar nada más— dado que tengo una carrera y
un máster, ambos de la misma universidad, pero no
tengo empleo. Si bien es cierto que hay gente que trabaja en algo de lo que no
ha estudiado —y no me refiero a trabajos que
no requieren titulación específica—, no todo el mundo acaba
teniendo la misma suerte, en general, por falta de algún tipo de talento en la
persona.
Es
posible que estuviera metida en un callejón sin salida desde hace tiempo y que sea ahora cuando me he dado cuenta. Aún así, puedo asegurar que he intentado
salir adelante, pero todo tiene un límite y, posteriormente, también un final.
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