(Película) Los habitantes de la casa deshabitada: el ridículo que hacen los psicópatas/narcisistas
Los piscópatas/narcisistas son personas que se creen máximos responsables de tus logros y dueños de tus derechos. Es gente que ostentan posición de poder o tienen contactos con poder, y pueden encontrarse tanto en parejas, como en familias, compañeros de trabajo,etc. Entre las estrategias que suelen suelen usar, se encuentran el aislamiento social, gaslight y devaluación, entre otros, después de haber generado un vínculo afectivo con la víctima. Cuando este vínculo no existe, es decir, la víctima no se encuentra asociada afectivamente a sus agresores, es más difícil que se produzca, aunque no imposible. Es gente que se aprovecha de la situación vulnerable económica, laboral, social, etc de una persona para poder hacer lo que quieran con ella y con su vida, mientras le destrozan cognitiva y emocionalmente. Te usan de alimento emocional y por supuesto no permiten que tomes distancia para recuperarte psicológica y emocionalmente, y evitan que recuperes tu vida y tu ilusión por vivir. Sí, porque eso también te lo quitan. Hay que añadir también que si consigues escapar te van a perseguir ellos o mandarán que te sigan, para continuar arruinándote la vida de manera encubierta, alegando así (si te has chivado en algún momento de lo que te hacían) que el problema eres tú, vayas donde vayas.
De este tipo de gente no es fácil librarse, especialmente porque si tienen que hacer creer a muchas personas que no son responsables de lo que te pasa y que si te quieres alejar es por otra cosa, tienen que controlarte las 24horas para saber que haces y que dices para luego manipular esa información. Una buena colaboración de la comunidad podría frenarlos, pero muchas veces eso es pedir demasiado, más que nada porque muchas veces los que están a pie de calle también suelen estar “contaminados” por los agresores. Evidentemente, a la víctima no le hace ninguna gracia todo lo que va viviendo día a día, con todas las consecuencias que conlleva (en la entrada El proceso, de Franz Kafka: la opacidad de los actos puedes encontrar algunos ejemplos). Por eso traigo la película Los habitantes de la casa deshabitada, una comedia (a pesar del título que puede sugerir que es de terror) cuyo guión fue una adaptación de la obra de teatro de Enrique Jardiel Poncela que se titula igual, y estrenada en 2018. Está dirigida por Marisa Paniagua y en el reparto podemos ver a David Janer, Guillermo Ortega, Pedro Casablanc, Elisa Matilla, Fernando Esteso, o Itsaso Arana, entre otros. Quiero avisar que no pretendo hacer un análisis profesional dado que no soy ni cineasta ni cinéfila, así que me limitaré a comentar aspectos que están más relacionados con la actitud humana.
La película trata de un periodista de investigación (Diego) y su amigo (Óscar) que van hacia Barcelona pero en mitad del camino se pierden y sufren un accidente en un lugar apartado de la civilización, donde sólo hay una casa abandonada famosa por los fenómenos paranormales que suceden allí. A partir de entonces, empieza una sucesión de entrada y salida de personajes que, intentando crear miedo y confusión a los forasteros, éstos deciden entrar en la vivienda y desenmascarar a los falsos fantasmas. Una vez dentro, van averiguando cual es la realidad de lo que pasa allí y explicando cada uno de los sucesos extraños que se van dando, en los que además se encuentra Silvia, un antiguo amor de Diego.
Tiene el esquema básico de los cuentos de hadas en los que el caballero entra al castillo, mata al dragón y salva a la princesa. Se observa una apariencia bastante cutre (a propósito), que hace quedar a los psicópatas/narcisistas como personas horteras con ejecutando acciones tan cutres que no puedes evitar reirte en vez de sentirlo como un drama. Hay una mofa hacia esas personas que intentan manipular a través de engaños aprovechando que la víctima está sola, aislada y no tiene a nadie, excepto los que le rodean (que son los mismos que la están dañando mentalmente). Es cierto que desde el punto de vista de una víctima, al no tener a nadie que la ayude, no consigue apreciar la simpleza de esta gente, pero desde fuera, es decir, los que no están colaborando, los ven como personas completamente patéticas y, muchos, se atreven a desenmascararlos. Si embargo, los agresores se autoperciben como dioses (por dentro, por fuera aparentan sencillez) y más en situaciones como las de la película en las que están seguros que nadie les va a dinamitar el asunto. De hecho, a causa de ese falsa sensación de control que tienen y la intervención del periodista perspicaz y valiente, se van produciendo ciertas situaciones que, además de ser muy divertidas, los dejan aún más en evidencia.
Lo que hay dentro de la casa es una conspiración de la familia (y un compañero del negocio de tráfico de ropa de marca falsa, que es como de la familia) hacia uno de sus miembros (Silvia), para desestabilizarla mentalmente, ayudados por supuestos fantasmas y muertos vivientes que en realidad son actores contratados por ellos. El error de confundir a Diego y a Óscar como dos de los suyos les da la oportunidad a éstos de moverse libremente por la casa, destapando todas las artimañas y escondites que utilizan los agresores. En la escena en la que Silvia intenta convencer a Diego (aunque más bien es para convencerse a sí misma) de que su familia no puede tenerla encerrada en una casa con ventanas y puertas abiertas, se aprecia la confusión mental de la chica que la hace creer, erróneamente, que es libre. Cuando posteriormente Diego le enseña el vídeo grabado por Óscar donde su madre la está tomando por loca, se produce un despertar en Silvia que hace que detecte la cámara de su habitación con la que la vigilaban y consiga pruebas para denunciarles. Aún así sigue necesitando la ayuda de Diego para poder escapar, lo que pone de manifiesto que semejante situación no puede ser desmantelada por la víctima, y menos sola.
Cuando un psicópata/narcisista ve amenazado su reino ficticio y va a ser descubierto, entonces puede ponerse agresivo y ser bastante peligroso. Puede hacerlo con sus propias manos o puede usar a alguien, pero lo importante es que prefiere que muera la víctima a que le descubran. Por eso intentan, por las malas, evitar que se escape Silvia, aunque finalmente no lo consiguen.
Por todo ello, esta película se ha convertido en una de mis favoritas al mostrar una realidad del ser humano a través del humor y ridiculizando a las personas que creen que pueden hacer lo que quieran para tapar la envidia que sienten y el vacío interior que padecen.
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